Cuando terminaron las clases fuí al salon de actos. La verdad, me asombró a la de gente que le gustaba el teatro, serían como unas 18 personas, todas iban ajetreadas, como si no prestasen atención al resto de cosas que sucedían a su alrededor.
-Por fin! Te estaba esperando. -Dijo alguien a mis espaldas.
Me giré. Era la Señorita velazquez. Junto a ella había una pila de cajas y un perchero con ruedas lleno de trajes muy pomposos y horteras.
-Si bueno.. dime que tengo que hacer, me quiero ir cuanto antes.-Dije con desgana.
-Vaya ánimos, chica! Está bien.. lleva estas cojas a dentro, mis huesos ya no son como eran.
La verdad, nunca me había dijado en ella. Tenia unos tiernos ojos canela, muy expresivos y grandes. Pese a tener la edad que tenía, se conservaba muy bien, y tenía unos bonitos rasgos tiernos.
Cogí las cajas y las fuí metiendo una mientras observaba como ensayaban los actores segundarios. Omg, pensé. Vi en empeño que ponían, la ilusión con la que lo hacian.. me quedé con la intriga y aproveché que pasaba por ahí la señorita Velazquez y le dije:
-Oye ! Una cosa..
-Si es que puedes irte ya.. si. No voy a requerir más por el día tu ayuda, querida.
-No, no era eso. Es sobre la obra.. ¿de cual se trata?
-Romeo y Julieta, mi dulce Melissa. Una de mis obras preferidas de William Shakespeare. Trata sobre unos jóvenes enamorados que su amor es imposible, dado que sus familias están enfrentadas.
-Vaya, parece interesante!
-Y tanto que lo es, querida, y tanto.
-Bueno.. me tengo que ir ya, mañana vengo a la hora de siempre.
Salí del colegio.